martes, 19 de febrero de 2013



El mágico desierto de Qatar

Ya me habían adelantado que una de las cosas más lindas de Qatar es su majestuoso desierto y sus numerosas dunas, las cuales son de todo tamaño desde las más pequeñas hasta las más grandes.





Dunas de arena en el majestuoso desierto de Qatar




La mejor época para visitar el desierto es en invierno, porque en verano el calor es insoportable y se de muchas personas que al caminar y resbalar por las dunas sufrieron quemaduras, dado que la arena está sumamente caliente.

Nosotros fuimos en día de semana, es mucho mejor ya que no está muy lleno y uno puede disfrutar con calma del paseo y el paisaje. Los fines de semana van demasiadas personas, y la tranquilidad del desierto puede transformarse en un agitado y estresado paseo, dado que los qatarís se emocionan tanto que corren velozmente en sus motos o autos, saltando entre las dunas, ronceando y haciendo rápidas piruetas muchas veces bastante temerarias asustando y/o causando accidentes.




En el desierto se puede apreciar muchos autos descapotables haciendo piruetas
        



          Los paseos en moto por las dunas son muy entretenidos




Lo que me han comentado es que, si uno quiere internarse dentro del desierto tiene que ir con alguien que conozca y se oriente muy bien en la zona, ya que es muy fácil perder el sentido de orientación o quedar plantado en el auto, por lo que también es aconsejable ir en caravana o como mínimo en dos autos.


Para subir a las dunas en movilidad las llantas tienen que estar desinfladas hasta un punto que los expertos qatarís que paran en las dunas conocen muy bien. Lo bueno es que los qatarís cuando te ven en problemas son sumamente gentiles y colaboradores, si te ven con algún percance o plantado se paran a ofrecerte su ayuda y lo hacen con gran agrado.

Nosotros decidimos bordear el desierto por la zona de Sea Line, a la izquierda se tiene la playa con el hermoso mar azul de fondo y a derecha están las dunas de arena, subimos a las primeras dunas en auto, fue muy emocionante, para no plantarnos en la arena seguimos las huellas de otros autos, luego nos estacionamos al pie de una duna y mis cuatro hijos, Gonzalo, Nicolás, Joaquín y Mario Emiliano, no dudaron en trepar a la cima, entre risas, juegos y con mucho esfuerzo.






La entrada Sea Line Resort, un hotel frente a la playa y cerca del desierto






Llegando al desierto





Gonzalo y Mario Emiliano frente a la hermosa playa que está al costado izquierdo de las dunas. 




Los cuatro hermanos muy emocionados subiendo a una de las dunas



Carrera por llegar primero a la cima




Mario Emiliano trepando con dificultad una de las dunas




Mario Emiliano llegando a la cima de la duna




Joaquín, Nicolás, Gonzalo y Mario Emiliano felices de observar el paisaje desde la cima.




Otra cosa interesante es que hay varios negocios dónde uno puede alquilar motos o autos descapotables para el desierto, con los que se puede subir a las dunas.



Frente al negocio de alquiler de motos


Obviamente, que con mi familia de cinco hombres no podía faltar el paseo aventurero y veloz en motos, Mario Emiliano que iba con su hermano mayor Gonzalo gritaba “más fuerte, más fuerte Gonzalito, tenemos que ganar”. Subimos a las dunas y experimentamos las vertiginosas y emocionantes bajadas.
















Los cuatro hermanos y el papá disfrutando del emocionante paseo en moto



También es pintoresco ver las carpas de los qatarís, con las banderas de Qatar flameando en el cielo y rompiendo el paisaje color arena de las dunas.




Vistosas carpas de familias qatarís

Las carpas son de todo tamaño, algunas tienen antenas satelitales, baños portátiles, generadores de energía eléctrica, potentes faroles alrededor de su perímetro y otros hasta tienen una casa rodante adjunta, contando de esta manera con todas las comodidades citadinas, cada conjunto de carpas está cercada con una especie de malla plástica de pequeña altura que sirve para delimitar unas de otras.

Como el desierto es un lugar tan turístico, existen también unas carpas muy pintorescas dónde uno puede pagar para que le hagan hacer un pequeño paseo en camello con un guía local que se encarga de dirigirlos.




La subida no es tan complicada, el guía hace hincar al camello, el cual tiene una especie de montura típica que esta cubierta con tapices de colores vivos, las piernas van muy abiertas y no es nada cómodo, ya que el camello es bastante ancho, lo más gracioso es la bajada, uno tiene que sujetarse fuertemente de la montura, ya que a medida que el camello se hinca uno tiene la sensación de que caerá en picada al suelo.


Disfrutando del hermoso paseo en camellos






Aunque la comparación puede parecer ridícula, al realizar el mini paseo en camellos vinieron a mi mente los beduinos, los tuareg y las valientes mujeres de algunas tribus del desierto de Sahara, ya que estas una vez al año acompañadas de sus hijos pequeños, recorren en camellos más de 500 kilómetros de ida y otros 500 de regreso, en un viaje que se extiende por tres semanas para llegar al oasis Bilma de Nigeria, donde trabajan unas dos semanas en la cosecha de dátiles y así obtener un ingreso para todo el año.


Sin duda esta visita al desierto, fue el paseo más divertido que tuvimos como familia en Qatar. Amé el desierto, el color arena por dónde se mire, las hermosas e interminables dunas, las carpas árabes, los camellos y el precioso atardecer… espero tener pronto la oportunidad de regresar y poder acampar para así disfrutar la inmensidad del cielo estrellado del desierto.

Los dejo con una hermosa secuencia de fotos del atardecer tomadas en nuestro camino de retorno y diferentes vistas del municipio de Al Wakrah, el cual se pasa a la ida y al retorno del desierto.