¿Cómo
es vivir en Qatar?
¿Cómo
transcurre la vida de las mujeres extranjeras en Doha?
A principios de febrero
cumplí un año de mi llegada a Qatar, al comienzo como todo cambio, vino
acompañado de una gran dosis de entusiasmo, por conocer el país, por la
sensación de renovación, por ampliar nuestros horizontes, por la curiosidad de
conocer tantas cosas nuevas y diferentes que vienen enmarcados en un país con
una amplia gama de multiculturalismo como lo es Qatar.
Bajo estas inquietudes
nuestros primeros días como familia transcurrieron con la novedad de entrar en
contacto con este nuevo mundo y sus costumbres, los cuales desde lejos son muy
diferentes a los de la cultura occidental, es así que vivimos este primer
periodo con muchos aprendizajes y expectativas, fue una fase de adaptación y
asimilación de las nuevas reglas de vida por estas tierras. Si bien veníamos
con alguna información básica, sobre las costumbres, las reglas respecto a la religión,
la conducta reservada de las mujeres, el código de vestimenta, el verano
inhóspito, la gran cantidad de mezquitas repartidas por toda la ciudad, fue muy
diferente el vivirlo en carne propia y hasta ahora después de un año, Qatar
todavía no deja de sorprendernos.
Galería de fotos de
Qatar, el contraste del tradicional Souq Waqif con los modernos rascacielos y
malls de Doha:
Recientemente estuve en una corta vacación por Bolivia y muchos amigos
me preguntaron ¿cómo es vivir en Qatar? ¿Cómo transcurre la vida de las mujeres
extranjeras en Doha? Que les
puedo decir… tal vez algunos piensan que vivir en el país más rico del mundo –según
el último informe de Forbes, Qatar continúa como el país más rico del mundo
debido a sus elevadas reservas de petróleo y gas natural, sumado a un PIB per
cápita de 88.000 dólares - es llevar una vida de lujos y ensueños. Sin embargo,
no es así, la vida en Qatar no es fácil, tampoco es mala, pero es
exponencialmente diferente.
La ciudad no tiene una
vida real y natural, todos los días parecen igual, es fácil caer en la rutina,
respirar arena y ver color arena en todo, por eso es muy importante tener buena
actitud, concentrarse en lo positivo de nuestro paso por Qatar y ponerle colores
a nuestro día a día. Una amiga recientemente decía “la depresión en las mujeres
es muy común en Qatar, hay días que uno no quiere ni levantarse de la cama…” y
continuaba “yo creo que la depresión es como un cuarto vacío, en el que uno se
encierra, del que no se quiere salir, ahora depende de uno el qué hacer en ese
cuarto, uno tiene que aprender a canalizar esa depresión de manera correcta,
haciendo algo que nos guste y nos llene”… en fin es darle gozo a nuestra existencia, de
levantarse y sonreírle la vida, tarea que no siempre es fácil.
Una cosa que no deja de incomodarme
a mí y a las mujeres que conozco, es que dónde uno va, está rodeada de miradas
masculinas, es que hay tanto trabajador varón en Qatar, que a veces uno tiene
la sensación que somos unas 10 mujeres en un stadium lleno de hombres, es que el 75.9% del total de la población es
masculina. Toda mujer en Qatar se siente intimidada por las miradas y no
miradas, ya que los trabajadores comunes, que son la mayoría, miran y no miran, miran y desvían la mirada
asustados o nerviosos, considerando que las reglas del islamismo de protección de
la intimidad de la mujer son bastantes duras, tanto así que si una mujer casada
denuncia que es observada maliciosamente por un hombre, puede hacer que éste sea
expulsado del trabajo y del país.
En lo que respecta a las
mujeres, para las que no trabajan es más difícil; la vida se resume a despertarse
muy temprano, por lo general 6:00 a.m.; llevar a los hijos al colegio, estresarse
con el tráfico vehicular; algunas ir al gimnasio, hábito que quisiera tener; regresar
a la casa; entrar a dormir un rato si se quiere recuperar un poco del cansancio
de levantarse temprano; no hacer nada si se tiene empleada y si no se tiene
empleada, pasarse la mañana sin darse cuenta entre la limpiada, la cocinada, la
lavadora; salir al supermercado; ir de compras al mall, algunas por necesidad,
otras por llenar el vacío de no hacer nada, por pasar el tiempo o por darse un
regalo de autoestima; reunirse con amigas, a charlar o compartir un café,
algunas tienen reuniones muy seguidas y otras con menor frecuencia; recoger a
los niños del colegio; si se tiene hijos pequeños llevarlos al parque, al club
house o caminar en el barrio si el clima lo permite; llevar a los hijos a las
actividades extras. En consecuencia, sin darse cuenta, entre tanta correteada, se
pasa uno y otro día.
Ahora, si son mujeres que
tienen hijos mayores -que ya pasaron la fase de dedicación permanente que
demandan los hijos pequeños- mientras
los maridos trabajan, ellas pueden pasar sus días entre clases de árabe,
charlas eventuales sobre la cultura local u otros cursos de su interés, o
pertenecer a algún grupo de mujeres extranjeras que tienen actividades
permanentes a lo largo de todo el año.
Otro grupo es el de las
mujeres que trabajan, es sin duda también un grupo de mujeres admirables, que
tienen que dividir el tiempo entre los hijos, el marido, las cosas de la casa y
el trabajo, en un país que no es fácil, la gran ventaja que tienen es que
interactúan con otras personas a nivel profesional y se realizan en otros
ámbitos, lo cual les da un poco de dinamismo en su paso por Qatar.
¿Y cuáles son las
ventajas de vivir en Qatar? Una de las principales y por lo que la mayoría de
profesionales llega a Qatar es el poder contar con buen trabajo, que viene
acompañado de un favorable salario y paquete de beneficios familiares.
Otro elemento positivo es
la seguridad ciudadana; el poder vivir relativamente tranquilos, sin los fantasmas
de la criminalidad merodeando nuestro entorno; uno puede dejar la casa abierta,
el auto encendido o con las llaves; la cartera a la vista; hacer transacciones
bancarias sin prevenciones, tener dinero sin miedo a ser asaltado; pararse en
un semáforo sin temores; dónde no se ven borrachos por las calles o entre los jóvenes,
puesto que el consumo de bebidas alcohólicas es muy controlado. Todo esto es
muy valioso, sobre todo cuando uno viene de países en los que convivimos con
elevados y estresantes grados de inseguridad.
Otra ventaja, muy
importante es el aprendizaje multicultural y la apertura de barreras mentales
hacia horizontes más allá de nuestra propia cultura, experiencias invaluables que
terminan enriqueciéndonos como seres humanos.
Es así que en este año, conocí
muchas mujeres y me quedo con las mujeres auténticas, con las realmente
valientes y fuertes que encaran la vida en Qatar de la mejor manera, otra amiga
a mi llegada me dijo “acá todos estamos de paso”, lo cual es cierto, este no es
un país en el que uno puede quedarse a vivir, mientras uno está con trabajo
tiene la residencia, de lo contrario tiene un corto plazo para dejar el país y
bajo esta premisa en la que todos somos aves de paso tenemos que esforzarnos
para vivir sin complicarnos y sobre todo el “aprender a coexistir felices
en lo que nos tocó vivir”.