Viviendo en Qatar
¿Cómo es ser mujer y vivir
en Qatar?
¿Cómo transcurre la vida
de las mujeres extranjeras en Doha?
Viviendo en Qatar
¿Cómo es ser mujer y vivir
en Qatar?
¿Cómo transcurre la vida
de las mujeres extranjeras en Doha?
Foto:
Gonzalo Gamarra Jordán
|
Este mes recibí un
mensaje en el blog dónde me consultaban ¿Cuál era mi experiencia después de
estar más de 3 años viviendo en Qatar?
Apenas leí esta consulta
me acordé de un post que publiqué en el blog sobre cómo era mi vida en Qatar, era
una especie de balance de mis vivencias desde mi llegada hasta el primer año, volví
a leerlo y a redondear algunas ideas, ya que me di cuenta que estaba totalmente
vigente.
Todas las mujeres nuevas
en Qatar, pasamos por diferentes etapas emocionales, por ejemplo a la llegada, sentimos
una gran dosis de entusiasmo, de sensación de renovación, de aventura, de
ampliar nuestros horizontes, de curiosidad por conocer cosas nuevas y
diferentes, los cuales vienen enmarcados en un país con una amplia gama de
multiculturalismo como lo es Qatar.
Bajo estas inquietudes
nuestros primeros días como familia transcurren con la novedad de entrar en
contacto con este nuevo mundo y sus costumbres, los cuales de lejos son muy
diferentes a los de la cultura occidental, es un periodo con muchos
aprendizajes y expectativas, es una fase de adaptación y asimilación a las
nuevas reglas de vida por estas tierras. Si bien veníamos con alguna información básica, sobre las
costumbres, las reglas respecto a la religión, la conducta reservada de las
mujeres, los códigos de vestimenta, el verano inhóspito, la gran cantidad de
mezquitas repartidas por toda la ciudad, fue muy diferente el vivirlo en carne
propia y hasta ahora, Qatar todavía no deja de sorprendernos.
Es también una etapa de estrés,
a veces de desorientación, de encantos y desencantos, en el que necesitamos
hacer muchos papeles y trámites en oficinas donde sólo pueden entrar mujeres,
donde a nadie le interesa quién eres ni de dónde vienes, eres un número más en la fila de trámites. Es una fase en la
que tenemos que acomodar un nuevo hogar, construir un espacio propio, establecer
nuevas relaciones, buscar colegios si tenemos hijos en edad escolar, separarse
de hijos si ya son grandes o están estudiando en el extranjero, es una fase de renuncias y ganancias, en
el que debemos tener mucha paciencia, para que poco a poco nuestra vida tome
ritmo y fluya en el nuevo país.
En mis vacaciones por
Bolivia muchos amigos me preguntan ¿cómo es vivir en Qatar? Que les puedo
decir… tal vez algunos piensan que vivir en el país más rico del mundo –según
los últimos informes Qatar continúa como el país más rico del mundo debido a
sus elevadas reservas de petróleo y gas natural- es llevar una vida de lujos y
ensueños. Sin embargo, no es así, la vida en Qatar no es fácil, tampoco es
mala, pero es exponencialmente diferente.
La ciudad no tiene una
vida real y natural, todos los días parecen igual, es fácil caer en la rutina,
respirar arena y ver color arena en todo lado, por eso es muy importante tener buena
actitud, concentrarse en lo positivo de nuestro paso por Qatar y ponerle
colores a nuestro día a día. Una amiga decía “la depresión en las mujeres es
muy común en Qatar, hay días que uno no quiere ni levantarse de la cama…” y
continuaba “yo creo que la depresión es como un cuarto vacío, en el que uno se
encierra, del que no se quiere salir, ahora depende de uno el qué hacer en ese
cuarto, uno tiene que aprender a canalizar esa depresión de manera correcta,
haciendo algo que nos guste y nos llene”…
es poner de nuestra parte, es levantarse y sonreírle a la vida, tarea
que no siempre es fácil. El sentimiento de soldedad es un sentimiento que tiene una presencia muy fuerte en Qatar.
Entre las cosas que son
raras en Doha y que no deja de incomodarme a mí y a las mujeres que conozco, es
que dónde uno va, está rodeada de miradas masculinas, es que hay tanto
trabajador varón en Qatar, que a veces uno tiene la sensación que somos unas 10
mujeres en un stadium lleno de hombres, con
todas las miradas encima de uno y es que el 75% del total de la población es
masculina. Toda mujer en Qatar se siente intimidada por las miradas y no
miradas, ya que los trabajadores comunes, que son la mayoría, miran y no miran, miran y desvían la mirada
asustados o nerviosos, considerando que las reglas del islamismo de protección
de la intimidad de la mujer son bastantes duras, tanto así que si una mujer
casada denuncia que es observada maliciosamente por un hombre, puede hacer que
éste sea expulsado del trabajo y del país.
En lo que respecta a las
mujeres, para las que no trabajan muchas veces es más difícil; la vida se
resume a despertarse muy temprano, por lo general 6:00 a.m.; llevar a los hijos
al colegio, estresarse con el tráfico vehicular; algunas ir al gimnasio, hábito
que quisiera tener; regresar a la casa; entrar a dormir un rato si se quiere
recuperar un poco del cansancio de levantarse temprano; no hacer nada si se
tiene empleada y si no se tiene empleada, pasarse la mañana sin darse cuenta
entre la limpiada, la cocinada, la lavadora; salir al supermercado; ir de
compras al mall, algunas por necesidad, otras por llenar el vacío de no hacer
nada, por pasar el tiempo o por darse un regalo de autoestima; reunirse con
amigas, a charlar o compartir un café, algunas tienen reuniones muy seguidas y
otras con menor frecuencia; recoger a los niños del colegio; si se tiene hijos
pequeños llevarlos al parque, al club house o caminar en el barrio si el clima
lo permite; llevar a los hijos a las actividades extras. En consecuencia, sin
darse cuenta, entre tanta correteada, se pasa uno y otro día.
Ahora, si son mujeres que
tienen hijos mayores -que ya pasaron la fase de dedicación permanente que
demandan los hijos pequeños- mientras
los maridos trabajan, ellas pueden pasar sus días entre clases de árabe,
charlas eventuales sobre la cultura local u otros cursos de su interés, o
pertenecer a algún grupo de mujeres extranjeras que tienen actividades
permanentes a lo largo de todo el año o participar de actividades de su iglesia.
Otro grupo es el de las
mujeres que trabajan, es sin duda también un grupo de mujeres admirables, que
tienen que dividir el tiempo entre los hijos, el marido, las cosas de la casa y
el trabajo, en un país que no es fácil y sin la ayuda de familiares cercanos,
la gran ventaja que tienen es que interactúan con otras personas a nivel
profesional y se realizan en otros ámbitos, lo cual da un poco de dinamismo y frescura a
su paso por Qatar.
En este tercer año, puedo
afirmar que como en todo cambio se ganan y se pierden cosas. El vivir lejos de
nuestros países, conlleva el estar separados de la familia, de los amigos, el perder
momentos especiales, importantes y sencillos de la vida de las personas que
queremos, como ser perder cumpleaños, el compartir pequeños o grandes logros,
graduaciones, nacimientos, aniversarios y también perdemos la oportunidad de estar
presentes en situaciones difíciles como problemas personales, cirugías,
enfermedades o fallecimientos. Algo que una amiga me dijo y me impactó fue que en
cada año que ella viajaba a su país a visitar a sus papis, fue viendo el
proceso de envejecimiento de ellos, vio cómo la salud de sus papis se fue
apagando y deteriorando año tras año, vio con tristeza que ellos estaban
perdiendo el crecimiento y el compartir con sus nietos y como el paso
implacable del tiempo los iba consumiendo en la inminencia de la vejez.
Esto me lleva también a
pensar, que uno sin querer se distancia de amigos, porque deja de compartir el
día a día, si bien el cariño y la amistad siempre está y nos esforzamos por mantenerla, al estar tan lejos, al tener nuestras propias actividades, sumado a la diferencia
de horarios que dificulta una comunicación fluida, cobra una factura que es estar ajenos a muchos detalles de la cotidianeidad de personas queridas y
sin darnos cuenta en cierta medida nos vamos alejando de sus vidas.
¿Y cuáles son las
ventajas de vivir en Qatar? Una de las principales y por lo que la mayoría de
profesionales llega a Qatar es el poder contar con un trabajo estable, que
viene acompañado de un favorable salario y un buen paquete de beneficios
familiares.
Otro elemento positivo es
la seguridad ciudadana, el poder vivir relativamente tranquilos y sin los fantasmas
de la criminalidad merodeando nuestro entorno. Uno puede dejar la casa abierta,
el auto encendido o con las llaves, la cartera a la vista, hacer transacciones
bancarias sin prevenciones, tener dinero sin miedo a ser asaltado, pararse en
un semáforo sin temores y vivir en una ciudad dónde no se ven borrachos por las
calles o entre los jóvenes, puesto que el consumo de bebidas alcohólicas es muy
controlado. Todo esto es muy valioso, sobre todo cuando uno viene de países en
los que convivimos con elevados y estresantes grados de inseguridad.
¿Es Qatar una burbuja? He
escuchado a muchos papás, y me incluyo, comentar lo felices que somos que
nuestros hijos tengan acá una niñez y adolescencia tan tranquila, con lindos
grupos de amigos de diferentes países y con actividades muy sanas. Sin embargo,
no deja de preocuparnos que ellos al estar en un ambiente tan sereno, no tengan
la malicia y los filtros para cuidarse de los peligros del mundo real, filtros
que se desarrollan de manera muy natural en el entorno de nuestros países.
Otra ventaja es el
aprendizaje multicultural y la apertura de barreras mentales hacia horizontes
más allá de nuestra propia cultura, que sin duda, son experiencias invaluables
que terminan enriqueciéndonos como seres humanos y haciéndonos más flexibles al
cambio y a lo desemejante de nuestro espacio social.
En resumen, vivir en
Qatar siendo mujer es un desafío, en todo este tiempo conocí a muchas mujeres auténticas, valientes y fuertes que encaran la vida en Qatar de la mejor manera,
siendo honestas pasando por etapas normales que toda persona tiene, que viven días
con luces, matices y sombras, con errores y aciertos, con etapas de alegría, tristeza, desencanto, depresión,
nostalgia, paz, gratitud, búsqueda espiritual, soledad, amor empatía y solidaridad.
Otra verdad es que “acá
todos estamos de paso”, desde mi llegada he visto llegar y partir a muchas
personas, este no es un país en el que uno puede quedarse a vivir, mientras uno
está con trabajo tiene la residencia, de lo contrario tiene un corto plazo para
dejar el país y bajo esta premisa en la que todos somos aves de paso, tenemos
que esforzarnos para vivir sin complicarnos y sobre todo “aprendiendo a
coexistir felices en lo que nos tocó vivir”.